Gonzalo Garteiz
La Comisión Nacional de la Competencia (CNC), presidida por Luis Berenguer, ha abierto más de 35 expedientes a Asociaciones Empresariales y de Profesionales desde su creación (en 2005 con sus antecesores Tribunal y Servicio), pero en este ejercicio se ha convertido en un verdadero azote de las malas prácticas que rigen todavía en los lobbies empresariales.
En lo que llevamos de ejercicio, la CNC, ha abierto expedientes o sancionado en 19 ocasiones a Asociaciones, marcando una pauta inflexible sobre su régimen de actuación. A pesar de estas cifras, todavía no se ha sancionado a ningún directivo o miembro integrantes de estas asociaciones. La ley permite multas de hasta 60.000 euros.
Las sanciones a las asociaciones pueden llegar al 10% del volumen de ingresos de sus miembros, o 10 millones de euros si resultara difícil delimitar aquél. En caso de insolvencia del lobby, serán sus miembros los que deban pagar. La sanción más grave es por la recomendación de precios, reparto de mercados e imposiciones comerciales, pero también se han producido por promover boicots a proveedores o clientes, e intercambiar información entre asociaciones que deriva en una mala práctica, siendo las menores aquellas que atañen a la confección de contratos tipo, publicidad y determinación de estándares.
Este año han sido multadas, la asociación de fabricantes de bombas de fluidos, con 400.000 euros por prácticas restrictivas, la asociación de criadores de caballos de raza española, con 50.000 euros por fijar precios, la todopoderosa UNESA, que agrupa a las grandes eléctricas del país, que fue sancionada con 900.000 euros por haber acordado precios en su seno las empresas asociadas, que también fueron sancionadas con más de 60 millones de euros. A casi 300.000 euros ascienden las multas a los editores de diarios, también la que agrupa a los gratuitos y a las empresas de resúmenes. Las asociaciones que agrupan a los cultivadores de mejillón y a la asociación de conserveros de marisco, les han impuesto 1,5 millones a los primeros y 100.000 a la segunda.
El cártel que formaban ocho empresas perfumeras y de cosmética en torno a la asociación nacional de perfumería y cosmética Stanpa, ha sido castigado duramente con 51 millones de euros, incluyendo 900.000 a la citada asociación. El abanico sectorial es muy amplio, e incluye a una sociedad de gestión de derechos, Artistas Interpretes o Ejecutantes, que fue castigada con 533.000 euros por abuso de posición dominante. Ni siquiera un cuerpo tan ilustre como el Consejo Notarial de Asturias se libra, y ha debido pagar 50.000 euros por acuerdos restrictivos denunciados por uno de sus miembros.
El programa de clemencia, por el cual quien se chive de una mala práctica es tratado con consideración, es lo que está originando un verdadero cataclismo en las asociaciones empresariales. En medio año, la CNC ha abierto 12 expedientes sancionadores, incluyendo las prácticas contra la libertad de mercado en el transporte con origen o destino en los puertos de Valencia y Barcelona. Uno especialmente curioso es el abierto a la patronal de las patronales, la CEOE y a Joan Gaspart, el responsable de turismo de esta organización, por alentar la subida de precios. Se prevé sanción en el levantado contra la asociación de empresas de poliuretano, y al de la Denominación de Origen de Valdepeñas.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales debe responder por un convenio firmado con la Federación Española de Municipios y Provincias. Tres grandes asociaciones de empresarios cárnicos, incluida Confecarne, están en capilla por intentar traspasar costes a los ganaderos. Incluso una asociación tan pequeña como la de Diseñadores Gráficos de Asturias está expedientada por fijar precios.