Gonzalo Garteiz
La esperada estampida de muchas cajas de ahorros del capital de bastantes empresas que cotizan en Bolsa se inició ayer con el anuncio por parte de Ence, de que se había visto forzada a comprar a Atalaya Inversiones, la instrumental utilizada por un grupo de entidades, Caja Badajoz, Caja Castilla La Mancha, La General de Granada, El Monte de Huelva y Caja Murcia, un 3,76% del capital a 2,72 euros por acción, ligeramente por debajo del cierre de ayer. Esta sociedad no ha comunicado más ventas por lo que todavía dispone de 3,2 millones de acciones en cartera en disposición de venta, todo un lastre para la cotización de Ence. Las entidades financieras habían entrado en la papelera en el año 2005 a un precio de 5 euros, aunque luego han equilibrado más el coste tras la última ampliación de capital realizada a 1,56 euros, en cualquier caso la aventura se salda con pérdidas.
Tubacex podría verse forzada también a generar autocartera si Atalaya insiste en vender su 5% en el capital de la siderúrgica, donde entró a más de 5 euros, el doble casi de la cotización actual. Esta instrumental está también en Uralita, empresa que controla la familia Serratosa, y donde mantiene un 5% desde hace 10 años y tiene una plusvalía latente, pero que sin liquidez en el valor le resultará muy difícil de salirse con beneficios.
El ejemplo de Atalaya se reproducirá en breve en otras cajas de ahorros, una vez que la fusión de entidades se consolide. En Ebro ya se materializó la salida de Caja Duero y Caja España, sin problemas al ser una sociedad muy sólida y apetecida por muchos. Metrovacesa está más en manos del Santander, que ha pedido a la CNMV que le exima de lanzar una opa por capitalización de créditos, que de las cajas. En Sacyr se busca salida para la caja gallega. En SOS hay pactos parasociales, y todo depende de Bankia, algo parecido a lo que ocurre en NH e Indra. Europac es una empresa sólida y debería encontrar una buena salida, lo que resulta más complicado en GAM. Las grandes, como es el caso de Iberdrola, sólo temen a un tiburón del tipo de Florentino Pérez, ya que el alto dividendo les permite por ahora a las cajas mantener su posición, cercana al 20%.
Para hacerse una idea del tornado que se vive, basta apuntar que Bankia, el banco creado por siete cajas, pero con control total de Caja Madrid y Bancaja, anuncia en su folleto de oferta de venta de acciones que el valor de mercado de las participaciones disponibles para la venta es de 1.970 millones, de los cuales 470 millones corresponden a cotizadas, y de éstas 246 a inmobiliarias. Como se aprecia en estas cifras, donde hay una gran oportunidad de compra es en participadas no cotizadas. En el pasado se anunciaron algunos vehículos para canalizar el desapalancamiento de las cajas en cuanto a participadas. El banco EBN y Nomura anunciaron un vehículo, pero no se tienen noticias de su actividad.