Gonzalo Garteiz
Los bancos ya saben si han suspendido o no las pruebas de resistencia a las que les ha sometido el supervisor bancario europeo (EBA), aunque el resultado de los exámenes no se hará público hasta el miércoles o jueves de la semana próxima. En cualquier caso, los bancos pequeños españoles ya han recibido un castigo descomunal de “los mercados” al margen de que algunos aprueben el test.
El Banco de Valencia, que no se ha presentado a los exámenes (MAFO sabrá las razones), es el que mayor castigo ha sufrido. Ayer cerró a 1,62 euros, lo que supone una caída del 85% respecto al máximo que marcó, como casi todas las entidades, en abril de 2007, unos meses antes de que el BCE hiciera ese verano la primera inyección de liquidez extraordinaria en el mercado. La entidad que encabeza José Luis Olivas, número dos en Bankia, el banco que preside Rodrigo Rato y que aspira a captar más de 4.000 millones en una próxima salida a Bolsa, está en una situación muy comprometida, de tal suerte que ayer mismo anunció la venta de la participación que mantenía en Corporación Dermoestética, con una minusvalía importante de 3,56 millones, “para obtención de liquidez”, según el comunicado oficial.
El dinero conseguido es de 2,34 millones de euros, lo que da idea de lo presionado que está el banco de Olivas, quien, a pesar de su multimillonario sueldo de 3 millones en Bankia, tiene un penoso palmarés. Todo apunta a que deberá vender en breve su joya de la corona, el porcentaje, casi de control, que mantiene en Aguas de Valencia.
El Banco Pastor, que preside el recientemente heredero del título conde de fenosa, José María Arias Mosquera, se acerca mucho a la caída libre del banco valenciano. La entidad gallega ha pasado de cotizar hace cuatro años en 18,33 euros a los 2,95 euros de ayer, lo que supone un descenso en picado del 84%. Este banco emitió hace unos meses bonos obligatoriamente convertibles en acciones en 2014 con una rentabilidad del 8,25% anual, que pueden resultar un mal negocio si la cotización no se recupera.
El desplome de Bankinter en el mismo periodo ha sido inferior, de un 68%, y se vio obligado a fortalecer sus recursos propios con motivo de las anteriores pruebas de resistencia. El Banco Sabadell, gestionado por uno de los banqueros de prestigio en España, Josep Oliu, ha caído un poco más, el 70%. El peso casi en exclusiva del negocio en España sobre las cuentas de resultados de estas entidades es una de las razones del castigo. BBVA ha cedido el 61% y Santander, el 48%, en estos cuatro largos años. Sorprende, eso sí, que el antiguamente considerado como banco más solvente de Europa, Banco Popular, sea el tercero con mayor descalabro. El presidido por Ángel Ron cede nada más y nada menos que un 76% de su valor en estos cuatro años.
La agencia de calificación crediticia, Moody’s, asegura que algo menos del 25% de los bancos europeos presentados al examen no lo pasarán y deberán inyectar capital en sus balances. En España, ya suspendieron algunas cajas la anterior prueba y se espera un resultado similar en esta ocasión. Está por ver si hay sorpresas en la banca. En cualquier caso, el mercado ya ha suspendido a todos los pequeños.