viernes, 17 de junio de 2011

Los Botín eludieron una opa sobre Bankinter durante años manteniendo un 12% del capital oculto en Suiza


Gonzalo Garteiz

El fin de la dinastía Botín de banqueros depende de dos instituciones, Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores. Ambas tienen suficientes cargos contra los miembros más relevantes de la familia, los hermanos Emilio y Jaime, para poner fin a un escandaloso comportamiento cívico y moral. Emilio Botín tiene que ser cesado de todos sus cargos en el Banco de Santander tras conocerse la defraudación masiva a Hacienda, nada más y nada menos que durante 75 años, ¡Nuevo récord para Don Emilio, tan amante de los guarismos¡. Su comportamiento es aún peor que el que delata el auto de la denuncia de la fiscalía anticorrupción en la Audiencia Nacional.

Según este auto, Hacienda requirió el 21 de junio a la familia Botín para que justificaran las carencias de sus declaraciones de renta y patrimonio por la elusión del botín guardado en Suiza. Sin embargo, la familia de la dinastía bancaria ya conocía desde mucho antes que los datos de sus cuentas opacas en Suiza habían sido entregados a las autoridades fiscales francesas. En julio de 2008, el autor de la delación, mediante la entrega de datos de HSBC, el ex empleado Hervé Falciani, entrega a Francia los archivos con las cuentas. Se puede sobreentender que los Botín serían alertados del caso. Aunque así no fuera, el banco informó en marzo de ese mismo año sobre lo ocurrido. Sin embargo, la familia Botín sólo comenzó a entregar las declaraciones complementarias correspondientes a los años 2005-2009 (las anteriores estaban prescritas) el 23 de julio. Por consiguiente no ha habido una voluntad clara de reconocimiento de la deuda, inmediatamente después de conocer la ruptura del secreto bancario. En las listas de HSBC había otros 3.000 nombres españoles.

Emilio Botín debía confiar en que el escándalo no saliera a la luz porque de otra forma no se entiende su atrevimiento a dar discursos de ética en lugares tan patrióticos como la Academia Militar de Zaragoza. Por mucho menos fue despedido y linchado moralmente el ex Gobernador del Banco de España, Mariano Rubio. Parece que ha llegado la hora de que Miguel Ángel Fernández Ordóñez actúe, y no se esconda como en la condena por el Supremo de Alfredo Sáenz, brazo derecho del presidente del Santander.
Otra burla a las instituciones ha sido la cometida con la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Según el auto conocido ayer, los Botín mantenían un 12% del capital de Bankinter opaco a las autoridades. Se da la circunstancia de que en los años 2005 y 2006, la familia declaraba a la CNMV, todavía entonces no presidida por Julio Segura, una participación transparente del 14,5% en Bankinter, por lo que si se le añade el 12% oculto con fiduciarios en Suiza, se supera el 25%, que era el umbral para lanzar una opa parcial hasta el 50% en la anterior norma que regulaba las ofertas, modificada en 2007.

Quien esto firma denunció ya en agosto de este año en Capitalmadrid el hecho de que Jaime Botín declarase como hecho relevante un incremento del 7,8% de su participación en Bankinter sin explicar desde cuándo lo tenía. Esta participación se ha sabido ahora, una vez descubierto el pastel, que procedía del blanqueo de las cuentas suizas. Esto escribíamos, y el regulador debería explicarse al respecto: “La CNMV no ha reclamado hasta ahora a Jaime Botín aclarar los términos de la adquisición de este paquete. Capitalmadrid ha intentado contactar sin resultado positivo con los gestores de Cartival para que explicaran cuál es la fundación familiar disuelta, que ha permitido a Jaime Botín conseguir ese 7,85%...........De esta forma , el tiempo parece haber dado la razón a quienes aseguraban que Jaime Botín y sus hijos controlaban bastante más de lo declarado”. La elusión de opa es una falta muy grave y suficiente para que sean desposeídos de sus derechos de voto quienes la cometan.