Gonzalo Garteiz
Más crecido que nunca, Emilio Botín, reunió ayer en la ciudad financiera del Banco Santander a cerca de un millar de personas, académicos, analistas, representantes del sector financiero, autoridades y el sursuncorda, en un ambiente de secretismo estúpido, en la línea del Club de Bilderberg que tanto apasiona a personajes intrigantes como Juan Luis Cebrián, sin duda invitado al acto por el cántabro, su gran acreedor.
La cuarta conferencia internacional de banca, sin asistencia de periodistas que transmitieran mal que bien lo dicho en el encuentro, sirvió a Botín para proclamar al mundo sus recetas para salir de la crisis y amonestar a las “autoridades” cuya presencia en el acto resulta ignominiosa para cualquiera que conozca el valor de guardar las formas.
Allí estuvieron Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA son sus siglas en inglés), el vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario para Asuntos de Competencia, el ¿todavía? socialista Joaquín Almunia, la vicepresidenta de España, Elena Salgado y el consejero financiero y director de mercados del FMI, José Viñals, entre otros.
¿Cómo es posible que estas autoridades acepten la invitación y la charla del mayor defraudador fiscal de la historia de España, al parecer sobradamente honorable para seguir siendo el banquero mayor del Reino, y ayer crecido por el repudiable apoyo de la Fiscalía a un indulto de su fiel y leal consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz, condenado por el Supremo por presentar querellas falsas a cliente de la entidad?
Esta promiscuidad del poder económico y el político, trasladada hasta la mesa del almuerzo, alentará sin duda a los indignados (¡Atención a Occupy Wall Street!), que para más inri, en contra de sus derechos ciudadanos, no han podido acceder al discurso de Enria, a pesar de que preside una institución que debe presentar un informe vital sobre las necesidades de capitalización y solvencia de la banca en muy pocos días. La Celosía reclamó a Bruselas una copia del speech, y recibió la contestación de que será colgada en el portal de la EBA en “unos días”*. Tampoco se ha podido saber nada de la intervención de Almunia, quien la víspera ya había atendido una invitación de la auditora-consultora Pricewaterhouse en Madrid, y que pinta mucho en esta crisis por las ayudas estatales a los bancos. ¿Por qué los políticos y altos cargos hablan más en foros privados que en el Parlamento y en sus instituciones, y además no rinden cuentas transparentes de los presentes (dinerarios incluso) que reciben de sus anfitriones, actuando éstos casi siempre en flagrante conflicto de interés?
Por su parte, la vicepresidenta Elena Salgado ya había reconocido la víspera a La Celosía que los banqueros, a través de la AEB, actúan de “asesores” del Gobierno en las posiciones que defiende en Bruselas sobre este asunto de las necesidades de capital. Debió estar en Boadilla recibiendo las últimas instrucciones.Todo un ejemplo de independencia.
Por lo demás, Botín, cuya intervención mereció un tiempo en el telediario de RTVE, patriota del capital, reclamó más integración política de la eurozona, suplicó que se frene la actividad regulatoria, consideró “fundamental” permitir la quiebra de bancos, atacó los impuestos “locales” a la actividad bancaria y exigió la resolución de la crisis de la deuda soberana, y, como si estuviera en periodo electoral, vendió el modelo del Santander como paradigma de la solvencia y la capitalización.
Botín, es el amo del cotarro.
*A las 11 horas de hoy miércoles, la EBA ha comunicado a La Celosía que había colocado en la red el discurso de Enria.