jueves, 26 de mayo de 2011

Ebro encuentra serias trabas de última hora para comprar la australiana SunRice

Gonzalo Garteiz

La cotización de la multinacional española de alimentación, Ebro Foods, cedió ayer un  1,2% en contraste con la subida del 1% del Ibex 35, a consecuencia de la incertidumbre que reina sobre la anunciada compra de la compañía australiana SunRice, propiedad de los propios agricultores.
El próximo 31 de mayo está convocada una junta extraordinaria para la votación de los accionistas sobre la oferta de Ebro. Aunque el consejo de administración recomienda aceptar la operación, con un coste para Ebro, deuda incluida, de algo más de 400 millones de euros, en las últimas semanas según se acerca la fecha crucial, en la que debe apoyar la venta el 75% del accionariado australiano, los intentos para conseguir una mejora de las condiciones y el temor de los arroceros australianos a perder la capacidad de decidir sobre el precio de venta de la materia prima han generado incertidumbre sobre el resultado.
El presidente ejecutivo de Ebro, Antonio Hernández Callejas, quien ha refundado la antigua azucarera hasta convertirla en líder mundial de la pasta y el arroz, lleva toda la semana en Australia manteniendo hasta 20 entrevistas con accionistas australianos. Uno de los principales, Julian Menegazzo, ha presentado una nueva valoración de la compañía, que otorgaba un precio a SunRice de 100 millones de dólares australianos superior al de la utilizada por el consejo de administración para apoyar a Ebro. Menegazzo ha pedido al consejo que revisa las inversiones extranjeras en Australia que impida la toma de control de SunRice.
Antonio Hernández, vista la estrategia de encarecer el precio, se ha mostrado rotundo e inflexible. "Es la última oferta de Ebro y no habrá más al menos en los dos próximos años", dejando claro que si el voto de la asamble no apoyaba la operación, Ebro sería un competidor.
El temor a la competencia es una de las razones por las que los arroceros dispuestos a vender apoyan a Ebro. SunRice tiene una deuda de 300 millones de dólares australianos (1euro se cambia a 1,34 dólares austrialianos), y los cosecheros nunca han estado dispuestos a invertir demasiado en la empresa. No obstante, son conscientes de que una vez vendida, la política de precios por la materia prima se impondrá desde Madrid.
Ebro, que anunció la operación hace siete meses, consciente de los temores de los arroceros mejoró la oferta en febrero, proponiendo comprarles las futuras cosechas de arroz a precios referenciados al mercado de California, elevando en dos años, de cinco a siete, los compromisos de compra, e incluso con la posibilidad de prorrogarlas otros siete años si no hay cambios adversos del negocio.
Hernández también ha comentado a los agricultores el interés de Ebro de comprar trigo en Australia para su negocio de pasta. Algunos cosecheros han señalado el temor a que el nuevo consejo de la compañía que defienda los intereses de los arroceros tenga comprometida su independencia, dado que serán pagados por Ebro. La multinacional española que daría un gran paso en el mercado asiático con esta adquisición miraría a Africa en caso de que fallara, según una nota del banco de inversión MacQuarie.


Postdata (31 de mayo): Los arroceros australianos han votado finalmente en contra de la opa de Ebro, por un muy ajustado margen.