Dos sociedades en apuros, Sacyr y la mexicana Pemex, han pactado un acuerdo de sindicación de acciones de Repsol, que les debería permitir gobernar la empresa petrolera multinacional española sin tener que realizar una opa, ya que la sindicación afectará al 29,8% del capital.
En plena crisis bursátil, con la acción de Repsol en 18 euros y la de Sacyr, a 4,7 euros, habiendo perdido el nivel de la última ampliación de capital realizada a 6 euros, Luis del Rivero ha conseguido asir con fuerza el último salvavidas para la empresa que preside, un control férreo sobre Repsol, en la que Sacyr controla el 20%, ya que en este activo se ha jugado una fortuna de 7.000 millones de euros, y es el único con capacidad de generarle valor.
El acuerdo de sindicación con Pemex y una filial de ésta con sede en Holanda, PMI Holdings, va a permitir a Luis del Rivero negociar en mejores condiciones la renovación de los 5.000 millones que le prestaron los bancos para comprar el 20% de Repsol, crédito que vence al final de este ejercicio y que con la inestabilidad bursátil su novación se había puesto más difícil y mucho más cara. El paquete de Repsol en manos de Sacyr vale en Bolsa a precios de ayer, 400 millones de euros menos del crédito, y paga un 4,8% de intereses. La constructora española compró con un coste medio de 26,71 euros por acción, casi ocho euros por encima del valor de ayer, y la participación supera los 244 millones de títulos (lo que supone una minusvalía de 2.000 millones).
Varios bancos prestamistas no estaban por la labor de seguir renegociando el préstamo, excepto que mejorase la garantía prendaria, ya que elevar los intereses tiene un techo, porque se están pagando con los dividendos de Repsol, y éstos apenas alcanzan el coste financiero. Del Rivero, con el acuerdo con Pemex puede incrementar el dividendo, una vez que tuerza el brazo del actual presidente ejecutivo, Antonio Brufau, al que le retirarán el poder de mando, nombrando un consejero delegado que vele por los intereses de la nueva alianza hispano-mexicana. Además, Del Rivero puede conseguir el aval de PMI Holdings, una sociedad creada en su momento por Pemex para poder financiar "a terceros". En los estatutos sellados en Holanda, a los que ha tenido acceso La Celosía, se indica en el artículo segundo que PMI Holdings "podrá contraer y efectuar préstamos y dar garantías para deudas de terceros". Esto supone que el socio de Sacyr podría avalar los préstamos bancarios de la compañía de Del Rivero.
Pemex sale beneficiado con el acuerdo porque consigue más poder de gestión y sobre todo una opción de compra preferente del paquete de Sacyr. La empresa mexicana, con casi 75 años de existencia desde la nacionalización del sector petrolero, se ha visto obligada a dar entrada al capital privado para conseguir nuevos campos de extracción de crudo, ante el declive de los que explota actualmente. Repsol es una de las compañías que opta a los contratos de explotación en el Golfo de México, y que ahora cuenta con más oportunidades de ganar el concurso.