El Banco Popular, presidido por Ángel Ron, siempre ha tenido fama de ser conservador en el crédito y mostrar un balance limpio. Su equipo gestor asegura a los accionistas que tras ganar 590 millones el pasado año ha comenzado este ejercicio con “una posición privilegiada frente a sus competidores en capital y en liquidez”. Al respecto cabe señalar que el core capital del Popular se sitúa a la cabeza de la banca española con un 9,43% y dispone de liquidez suficiente a medio y largo plazo para no tener que acudir a los mercados mayoristas hasta 2015.
Resulta por tanto esclarecedor para quien quiera disponer de datos fiables sobre la ruina inmobiliaria que sacude España echar un vistazo al riesgo que soporta en este campo la entidad de Ron, y más específicamente al valor de los inmuebles y suelo que el banco tiene en su balance debido a impagos. Estos activos que nunca quiso tener en balance pero que ha debido ejecutar por impagos tienen un valor neto contable de 3.689 millones (de los cuales 1.079 son provisiones) y, primera sorpresa, esta cifra es un 32% inferior a los 5.463 millones de euros de tasación cuando se concedieron los créditos (recuérdese que el crédito no debía superar el 80% del valor de tasación).
El propio banco cifra en el 45% el descuento del valor de los impagados respecto a los altos alcanzados en los años de la burbuja. A pesar de estas valoraciones muy prudentes y razonables que el Popular hace de sus inmuebles y suelos, la realidad del mercado las empeora.
El banco cuenta con Aliseda, una macro inmobiliaria de 3.047 millones en patrimonio, como instrumento para conseguir liquidar pisos, promociones y suelos, optimizando los retornos en un plan estratégico a cinco años, de los cuales 2010 y 2009 han resultado peores de lo esperado. La sociedad ya se ha comido los fondos propios de 300 millones tras haber cosechado pérdidas de 140 millones el año pasado y de 130 millones en el ejercicio precedente.
El propio banco cifra en el 45% el descuento del valor de los impagados respecto a los altos alcanzados en los años de la burbuja. A pesar de estas valoraciones muy prudentes y razonables que el Popular hace de sus inmuebles y suelos, la realidad del mercado las empeora.
El banco cuenta con Aliseda, una macro inmobiliaria de 3.047 millones en patrimonio, como instrumento para conseguir liquidar pisos, promociones y suelos, optimizando los retornos en un plan estratégico a cinco años, de los cuales 2010 y 2009 han resultado peores de lo esperado. La sociedad ya se ha comido los fondos propios de 300 millones tras haber cosechado pérdidas de 140 millones el año pasado y de 130 millones en el ejercicio precedente.
Aliseda consiguió vender en 2010 algo menos de 1.200 “unidades”, que no todas son pisos, con una facturación de 264 millones, y unos números rojos de 140 millones como se ha dicho antes.
Esta deriva muestra el recorrido a la baja que todavía tienen los pisos. Las ventas no drenaron el activo, que creció en 200 millones, al entrar más impagados en el banco.
Esta deriva muestra el recorrido a la baja que todavía tienen los pisos. Las ventas no drenaron el activo, que creció en 200 millones, al entrar más impagados en el banco.
Esta trónica de falta de demanda, incluso a precios muy bajos se refleja en el descuento con el que cotizan las inmobiliarias. El Popular ha tenido que provisionar 561 millones por sus participaciones en Colonial y Metrovacesa y otras. En el caso de Colonial mantiene no obstante una importante plusvalía latente, del 50% (valoradas a 0,05 frente al 0,077 en Bolsa) mientras que en Metrovacesa, la minusvalía se acerca al 70% (21 euros en libros y 7,21 en el mercado).
El Popular se ha tenido que hacer cargo además de otros 690 millones de inmuebles en renta (oficinas, hoteles y centros), lo que sumado a los paquetes citados en Colonial (11% del capital) y Metrovacesa (4,6% del capital) elevan la cifra total de riesgo a 4.675 millones. De esta cantidad lo más problemático es el suelo, donde tiene enterrados 1.570 millones, de los cuales 900 millones corresponden a terrenos no urbanizados.
El Popular se ha tenido que hacer cargo además de otros 690 millones de inmuebles en renta (oficinas, hoteles y centros), lo que sumado a los paquetes citados en Colonial (11% del capital) y Metrovacesa (4,6% del capital) elevan la cifra total de riesgo a 4.675 millones. De esta cantidad lo más problemático es el suelo, donde tiene enterrados 1.570 millones, de los cuales 900 millones corresponden a terrenos no urbanizados.