martes, 15 de marzo de 2011

El Banco de España considera que el Supremo no ha inhabilitado a Alfredo Sáenz


G.Garteiz
El Banco de España ha considerado que Alfredo Sáenz, en contra de la demoledora sentencia del Tribunal Supremo, es una persona de "reconocida honorabilidad comercial y profesional", característica exigida a todo aquel que ejerza de consejero en un banco domiciliado en España. La institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) deberá eliminar o al menos matizar los requisitos para ejercer la actividad bancaria. Especialmente el artículo en el que especifica quien no tiene esa necesaria honorabilidad comercial y profesional. Vigente desde el año 2005, esta norma dice claramente que "se entenderá que carecen de honorabilidad .....los inhabilitados para ejercer cargos públicos o de administración en entidades financieras". Sin embargo, este concepto de inhabilitación no ha sido adoptado en el caso del consejero delegado del Banco Santander quizá por considerar que no se puede hablar de inhabilitación cuando el Supremo le ha "suspendido" en el desempeño de cargos de dirección vinculados con "entidades bancarias, crediticias o financieras".
Un ex gobernador del Banco de España, Ángel Rojo, quien tras jubilarse fue fichado por Emilio Botín  como consejero independiente, se quejaba amargamente cuando ocupaba el cargo institucional de los procesos judiciales a la cúpula del Santander y el BBVA, por otros casos (Filesa y Cesiones de crédito). "Ahora que tenemos dos grandes bancos, no vayamos a cargárnoslos", insinuaba Rojo, y MAFO ha decidido echar un cable al Santander y a Sáenz, eso sí sin motivar públicamente su decisión, excepto que el Congreso se lo exija.
Sin embargo, lo importante aquí es que cuatro magistrados del Supremo, Juan Salavedra, Miguel Colmenero, Juan Ramón Berdugo y Alberto Barreiro, han considerado que sí hay pruebas de que Alfredo Sáenz acusó falsamente a unos clientes del banco que dirigía con tal de cobrar una deuda. Estos magistrados sí creen que Alfredo Sáenz conocía la gravedad de la denuncia que quizá casualmente, porque nunca pudo demostrarse que el juez prevaricador Estevill cobrase de Banesto, sirvió de coartada a este magistrado delincuente para encarcelar a clientes importantes de la entidad. Todo esto no le ha parecido suficiente al Banco de España para aplicar sus normas y exigir al Santander que retire a Saénz.
Ordóñez ha preferido aceptar la doctrina del único voto particular discrepante, el del magistrado José Manuel Maza, quien se ha esforzado tanto en exponer sus argumentos absolutorios de Sáenz y el resto de condenados, que ha necesitado 57 de los 140 folios de la sentencia, y que muesta una gran preocupación por la inseguridad jurídica que en su opinión pueden sufrir con lo motivado por sus compañeros de Sala en el fallo judicial.