Mal lo tiene Hacienda con los innumerables agujeros negros creados en la legislación fiscal, que propician la elusión impositiva de las grandes empresas, especialmente de las que cuentan con una importante actividad en el exterior. Sobre esta reforma estructural se pone poco énfasis .
Un nuevo ejemplo a añadir al ya contado aquí de Ferrovial, es el de Abengoa, la multinacional sevillana que cotiza en Bolsa y está controlada por la familia Benjumea. El grupo obtuvo en el último ejercicio un beneficio antes de impuestos de 263 millones de euros, que a un tipo efectivo del 30% le hubiera correspondido un pago de 79 millones, pero desgraciadamente, le sale a devolver, poco, 400.000 euros, pero a ingresar.
La empresa explica que este desfase a su favor se debe “al esfuerzo y dedicación a las actividades de I+D, la contribución al beneficio de Abengoa de resultados procedentes de otros países, y la vigente normativa tributaria”. Diríase mejor que el resultado negativo para la Hacienda en una época tan crítica para el Fisco se debe a la penosa normativa fiscal vigente, como ha sido denunciado por el colectivo de inspectores de Hacienda, y no a que la compañía se impute un gasto en I+D superior a los 90 millones de euros, que por otro lado se plantea como clave para consolidar su negocio.
Esta dinámica se presume que continuará en los próximos ejercicios, ya que la multinacional española, una de las líderes en los proyectos termosolares generosamente primados por el erario público vía subvención del déficit de la tarifa eléctrica, cuenta con activos fiscales netos de carácter diferido, a aplicar en ejercicios futuros, de 574 millones de euros.