El grupo asegurador Mapfre presidido por José Manuel Martínez, que jugará un papel relevante en la conversión en bancos de las cajas de ahorros debido a sus alianzas en bancaseguros con muchas de éstas, ha pagado muy caras las últimas participaciones en el negocio asegurador que adquirió a Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona el pasado año. Éstas tres se han fusionado en el grupo Catalunya Caixa, forzado a constituirse en banco debido a la debilidad de sus recursos propios.
Mapfre, con un beneficio atribuido de 934 millones el pasado año, no ha hecho por ahora un gran negocio con la compra del 50% de los negocios de seguros de las entidades catalanas. El balance presentado a los accionistas muestra que desembolsó 800 millones y solamente hubiera obtenido poco más de 20 millones en caso de consolidar todo el ejercicio de 2010, lo que supone una pobre rentabilidad del 2,5%, que contrasta con el 14,7% de rendimiento sobre los fondos propios de la compañía que cotiza en Bolsa.
La aseguradora española, cuya fortaleza de negocio reside en su plataforma iberoamericana, con cuotas de mercado muy significativas en casi todos los países, se presume que entrará en el capital del banco que formen sus socias catalanas, que además le financiaron con más de 300 millones la compra de sus seguros, y en el Banco Financiero y de Ahorros que lideran Caja Madrid y Bancaja.
En la alianza que mantiene con la caja presidida por Rodrigo Rato sale ganando de calle ya que la facturación en primas aportadas por la red de la caja madrileña ascendió el pasado año a 1.164 millones de euros, con una espectacular subida de casi el 30% gracias especialmente a la venta de seguros de vida. Por el contrario, el dinero que la red de Mapfre aportó a su socio madrileño en productos bancarios de activo y pasivo, de mucho menos margen, ascendió a 1.973 millones, con una caída vertiginosa del 22,4%.
Por otro lado, la financiera de consumo Banco de Servicios Financieros Caja Madrid-Mapfre cosechó nuevamente números rojos de 115 millones, unas pérdidas que superaron los 98 millones del ejercicio precedente. La aseguradora también ha suspendido por segundo año consecutivo en el recientemente reestructurado negocio inmobiliario, que en su momento aportaba mucha caja, y el año pasado ha tenido que recibir una inyección de 253 millones para pagar deuda bancaria. Caja Madrid cuenta como moneda de cambio de la previsible entrada de la aseguradora en el capital del Banco Financiero, con su participación del 15% en la aseguradora.
