La multinacional vasca fabricante de trenes CAF ha sufrido dos reveses muy importantes en los despachos de las administraciones de Canadá y Estados Unidos, donde ha perdido contratos que superaban conjuntamente los 1.000 millones de euros por resoluciones administrativas, que en el caso canadiense ha sido contestada por el Gobierno español. La compañía, que cotiza en Bolsa, tendrá que mejorar la política de contratación de los grupos de presión para evitar sucesos como los ocurridos.
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